sábado, 17 de junio de 2017

La hora del silencio




Debe ser que las normas están para que las cumplamos unos pocos "pringaos".
En la zona en la que vivimos está decretada La hora del Silencio. Es de tres a cinco de la tarde. Se entiende que todos nos merecemos un descanso y se fija ese horario.
Hace calor. Mis niños no pueden ir a la piscina a esa hora o, si van, deben bañarse de forma silenciosa. Así lo hemos acordado entre todos los vecinos.

Mis hijos son muy prudentes y responsables, aun así bajo con ellos para asegurarme de que respetan las normas. Se meten en el agua por la escalerilla. Nada de tirarse desde el bordillo. Nadan como viejas, sin hacer ruido. Al menos están en remojo, que en Andalucía en verano es donde mejor se puede estar.

No siempre bajamos a esas horas. La mayoría de la veces por prudencia por el sol, que es también en esos momentos cuando más fuerte da.

Hoy es uno de esos tantos días. Nos quedamos en casa e intentamos dormir la siesta, que la semana ha sido de aúpa. Y aquí es donde vuelvo al principio del artículo: Un vecino está haciendo bricolaje, taladro a base de bien y martillazos incluidos. El otro, está con la música a toda mecha. Para más inri, suena en estos momentos el omnipresente Dessspasssito. Aquí estamos, acordándonos de los días en que en la piscina nos hablamos por señas para no molestar. Acordándonos también de alguna que otra madre que los parió. Con el debido respeto. Ese mismo respeto que les falta a mis vecinos.

Algún día hablaré de casetas de feria en terrazas (funcionamiento 24 horas al día/ todos los días de feria) , de fiestas hasta las tantas, de vecinos corriendo en bolas por las zonas comunes, de paquetes extraños que supuestamente debo recoger en nombre de mis vecinos (ni medio, ni de coña), de aprendices de trombón que se traban una, y otra, y otra vez más en la misma nota. Y repiten, y lo vuelven a intentar. Mentalmente se la corrijo, a ver si con un poco de suerte tuviera un poco de telepatía. 

Tanto se habla del "cuñado" como lacra...
poco se habla del "vecino" como tal.

(Aclaro que, ni todos los cuñados cumplen el tópico, ni todos los vecinos son un peñazo)

Hay un proverbio, creo que japonés, que dice:
"Llévate bien con tus vecinos,
pero elígelos bien."

En algunos países es costumbre visitar a los posibles futuros vecinos antes de comprar vivienda. Que no os engañen, son lobos con piel de cordero. A la larga, se retratan antes o después. Forma parte de la condición humana.

Edito para añadir: Son las cinco de la tarde y acaba de hacerse un silencio total. No quisiera pensar que lo hacen aposta, prefiero creer que tanto trabajo les ha agotado y se van a dormir su merecida siesta. Ellos sí.

Muchas gracias por leerme, comentar y compartir.
Besos,
Sofía

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