martes, 5 de septiembre de 2017

Está pasando: en mi whatsapp


Abrir WhatsApp es como mirarnos al espejo. Un reflejo de la realidad. Un recordatorio permanente del movimiento, del fluir de los días, de lo que cambia, de lo que permanece, de lo cíclico.

En estos días está pasando:

Se van reduciendo el número de conversaciones en las que, a lo largo del verano hemos organizado planes, en las que hemos puesto en común las fotos al día siguiente.

Los '¿A qué hora entonces mañana?' , '¿Cenita la semana que viene?', '¿Vamos de bocatas o comemos en un chiringuito?''Manda las fotos de ayer, tía', '¡Qué divertida la fiesta de anoche, tenemos que repetir!'...van cediendo terreno a los grupos de madres del cole. 
Un cubo de agua fría en forma de 'Hola a todos. Espero que hayáis pasado un buen verano. Ya tenéis el calendario de actividades extraescolares en la web. Contestad pronto para que puedan ir formando los grupos y puedan concretarse los horarios'.

Así. Sin más.

En el grupo de amigas, cada día menos fotos de playas maravillosas y más comentarios de 'Se acabó lo bueno' , 'Mañana vuelvo al curro'...

En las conversaciones con el husband: 0 notificaciones, porque estamos todo el día juntos. En unos días volveremos a los 'En unas horas nos vemos', a los '¿Traes pan cuando vengas?' , a los 'Yo recojo a los niños, comemos en casa de tus padres'...

...y muchos corazoncitos, y besos en forma de emojis, contando los minutos para darlos de verdad.

En los chats de nuevos proyectos: actividad frenética. Se incorporan nuevas colaboraciones, se añaden contactos. La emoción del inicio, la ilusión de seguir adelante.

Hasta en el WhatsApp se van normalizando horarios. Se acabaron las charletas a altas horas de la noche, empiezan los '¡Buenos días!' bien temprano.

En fin, reflexiones peregrinas en una noche de insomnio en la que me ha dado por ponerme al día y leer los WhatsApp atrasados.

Porque soy más de llamar por teléfono, de oir la voz, de confirmar sentimientos en unos ojos en lugar de en unas líneas escritas. De conversaciones frente a un té o lo que surja. Cara a cara. De abrazar, de ver una sonrisa verdadera y no un emoticono. De quedar. 

Gracias por leerme, comentar y compartir.
Besos,
Sofía.

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