viernes, 21 de agosto de 2015

Lisboa, cuatro días, tres noches. Día 2. Belém.

Bueno, ¡amoallá con el segundodía en Lisboa!
El primer día fue agotador entre el viaje y las caminatas, así que dormimos como bebés y a la mañana siguiente ya teníamos buena energía para seguir con nuestras andaduras.
Hoy nos dirigimos a Belém, Santa María de Belém, perteneciente a Lisboa y 
donde merece la pena pasar un día.

Antes de seguir, tres cosas a tener en cuenta:

Desplazarse por Lisboa: Los medios de transportes son variados y originales. 
Los tranvías recorren los distintos barrios y además comunican entre sí zonas más alejadas de Lisboa. Es el medio de transporte que escogimos para la visita de hoy a Belém.
Los tuctuc o tuk-tuk, tan asociados a la India, son mototaxis (en Españas más conocidos como motocarros), con capacidad para transportar distinto número de personas en su parte trasera. Son geniales para dar una vuelta panorámica y como taxi.
El más original: los autobuses Hippo. Son autobuses "anfibio" . No sé si la nomenclatura será adecuada, pero creo que es una buena forma de explicar su funcionalidad. Se desplazan por las calles con ruedas, como un autobús normal y van enseñando toda la ciudad por tierra. Lo original: Luego se meten en el Río y navegan como un barco, ofreciendo la posibilidad de ver Lisboa desde otro ángulo. Este sistema llama mucho la atención de los niños. 
Además están los transportes que podemos encontrar tradicionalmente en cualquier ciudad, autobuses de línea, metro y taxis convencionales.

Tuctucs o tuk-tuk en la Plaza del Comercio. Algunos van decorados con mucha creatividad. Los hemos visto con pestañas en los faros (supergirly) o con vinilo imitando la azulejería típica portuguesa

Tarjetas bono: Se comprar en la estación de metro, en pleno centro de Lisboa y las hay de distintas modalidades. Unas incluyen en el precio todos los autobuses y tranvías que se tomen en el día y el elevador de Santa Justa, otras combinan esta promoción de los transportes con precios especiales para entrada a monumentos. A nosotros nos parecieron muy interesantes y nos decidimos por la modalidad transportes. El precio por persona y día es de 6.50 € y os aseguro que nosotros lo amortizamos. Para los monumentos, museos, quintas y palacios nos acogimos a la entrada familiar, bastante más económica que la suma de las entradas individuales. En algunos sitios consideran familia al matrimonio con el total de hijos, en otros al matrimonio con dos hijos, con lo cual en estos lugares tuvimos que pagar un pequeño suplemento por hijo extra sobre ese cálculo.

Tranvía de la línea 15. So Tranvías más funcionales que los típicos de madera, sin ventanas que son más habituales para ver los barrios centrales de Lisboa y subir a Chiado y barrios altos. Éstos últimos van traqueteando por todo el centro y les acompaña el continuo sonido de una campana que avisa de su paso.

Seguridad: Nos indicaron que Lisboa es muy segura, y así lo hemos sentido, y nos explican que con una pequeña salvedad: la hora punta en el tranvía que va a Belém y en ciertas líneas de autobuses. En estos momentos de mayor número de personas en los desplazamientos, puede darse el caso de actuación de carteristas al despiste. En nuestro caso es habitual que cada miembro de la familia lleve su propia mochila con su botellín de agua, el material de pintura, el block de notas, las Nintendos, las cámaras de fotos...
Para subir al tranvía metimos en ellas la cartera, que ya sabéis que en estos caso no procede en bolsillos traseros, nos colgamos las mochilas por delante para controlarlas mejor y , una vez en el interior del tranvía, nos colocamos en círculo, con lo cual rodeamos todas nuestras pertenencias. 

Autobuses Hippo, circulan por la calzada sobre ruedas y luego se sumergen en el Río Tajo y Navegan por él, ofreciendo otro punto de vista de Lisboa


Una vez hechas estas aclaraciones, empezamos con la excursión. 
Como he dicho, nosotros escogimos ir a Belém en tranvía.  Somos andaluces y la guasa nos puede, así que antes de salir de casa ya habíamos cantado el villancico de "A Belén pastores..."  tropecientas veces
Para ir a Belém se toma la línea 15, en la Plaza del Comercio (Praça do Comércio), primera parada desde su salida.
Aviso, este tranvía es con ventanas cerradas y va hasta la bandera en horas puntas. A tener en cuentra por claustrofóbicos o para ir con niños muy pequeños, aunque van también. En este viaje íbamos con otra familia y ellos llevaban un niño muy pequeño y optaron por ir en coche. Es posible aparcar en Belém, así que es otra alternativa.
Primera parada  para nosotros (con las tarjetas que compramos podemos bajarnos y subirnos cuantas veces queramos), Monasterio de los Jerónimos (Mosteiro dos Jerónimos). Después, paseo por los especctaculares jardines que hay en la zona y ¡hora de comer! 
Para comer, a unos pasos del monasterio, en la misma acera está la Única fábrica dos Pastéis de Belém. Allí se pueden comer unas espectaculares croquetas, empanadillas y empanadas. Y el postre no puedes ser mas que los pastéis de Belém, tomando el café o infusiones. Son un auténtico enganche. Allí comimos los mejores de todos cuantos hemos probado.Son los de mayor tardición, el establecimiento funciona desde 1837. El local es inmenso y está dividido en salones a cada cual más bonito. Todos con azulejos azul y blanco, lamparas con cenefas a juego... precioso. Allí mismo se puede observar el obrador donde los están elaborando continuamente.

Monasterio de los Jerónimos en Santa María de Belém, Lisboa. Impresionante claustro en su interior.

Fábrica dos Pastéis de Belém. Deliciosos y adictivos. Tradicional lugar para comer y degustarlos en el postre.

Desde uno de los salones de la fábrica de los pastéis de Belém puede verse como los elaboran en el obrador ¡sin tregua!

Después de comer, volvemos al mismo tranvía, y nos dirigimos a ver la Torre de Belém y el Monumento a los Descubrimientos (Padrao dos Descobrimentos).
En la torre hay colas para entrar, para planificar el día es importante. También las hay en la fábrica de los pastéis si no se van a tomar dentro, si son para llevar. 
En la torre, nos sentamos en las escalinatas que la rodean por tierra y algunos de la familia se dedicaron a pintarla a acuarela y otros a hacerle fotos, nos hicimos selfies familiares, contemplamos el Tajo (impresionante)..  Todo esto nos sirvió para descansar un rato y disfrutar el momento.

Monumento a los Descubimiento en Belém, Lisboa

Torre de Belém. Lisboa

Tranvía de vuelta a plaza del Comercio y nos encaminamos a un museo que me había recomendado la mamma ( con lo cual sé seguro que es un "must", una auténtica necesidad, fijo).
Para ir al museo tomamos el autobús en la parte opuesta de la Plaza del Comercio, la que da al Tajo. Llegamos al museo y , ohhhhh, cerraban en ese momento. Así que toca un poquito intriga hasta que postee el último día del viaje para saber cuál es, cuando por fin pudimos verlo. Es una pasada , una preciosidad y merece muchísimo la pena visitarlo. 
A estas alturas ya estábamos agotados, pero tomamos un par de autobuses más y dimos paseos por dos barrios muy diferentes de los habituales cuando se va de turismo. Los dos preciosos, llenos de vida y un poco más auténticos en la vida de la población habitual.
Ya de noche, vuelta a casa, disfrutando de una maravillosa luna llena que nos acompañó en los días de nuestro viaje.
Tercer día: visita a Sintra. Estad atentos al próximo post. Una ciudad encantadora, con unos lugares que visitar espectaculares.
Todas las fotos de este porst han sido tomadas por mí o miembros de mi familia. Si quieres compartirlas gracias por hacerlo enlazando a este post y/o mencionando @estilosofismo,  Estilosofismo o #estilosofismoenLisboa
Hay más fotos, ya sabéis lo difícil que es seleccionar las que poner en cada post para hacerlo ameno. Si queréis ver el resto, están o estarán proximamente en Instagram  y Pinterest
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Gracias por leerme, comentar y compartir.
Besos,
Sofía

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