lunes, 8 de octubre de 2018

Del clip rojo a una casa: una historia de emprendimiento

El talento, como el agua, tiene la capacidad de adoptar distintas formas. Suele presentarse en forma de don, o bien en la habilidad para desarrollarlo mediante el aprendizaje.  Los resultados que se pueden llegar a obtener cuando se posee un don son ilimitados o pueden no llegar a ser ni tan siquiera resultados, hablando desde el punto de vista empresarial. Para obtener resultados hace falta ponerlo en marcha y perseverar.

La historia de talento que os quiero contar hoy es una que me ha arrancado una sonrisa, es una historia divertida Porque el emprendimiento, cuando media la pasión, puede llegar a serlo.

Mi primer lema como empresaria fue "mi trabajo es tan divertido que me lo tomo muy en serio".

Es la historia de una idea simple (de una curiosidad bien entendida) puesta en acción, de la perseverancia, de golpes de suerte (la suerte la creamos en la mayoría de las veces) y casualidades maravillosas.

La idea es tan simple como un clip rojo.  Sí, uno de esos para sujetar papeles. Esos de los que siempre se dice que nadie compra y todo el mundo tiene.
La historia es la de Kyle MacDonald, conocido desde hace 13 años como 'el chico del clip rojo' (en inglés, de red paperclip guy).

Comienza esta aventura con una idea muy loca que se le pasa por la cabeza un día en el que, sentado en su escritorio, vio un clip rojo y pensó en qué podría conseguir por él mediante el trueque.
Subió una foto del clip a una web llamada 'craighlist' y así empezó todo. Unos chicos contestaron a su anuncio y le cambiaron el clip por un bolígrafo con forma de pez. Subió entonces una foto de ese bolígrafo a la misma web y de nuevo consiguió cambiarlo por algo.

Para él cualquier cambio era válido siempre y cuando viera que el nuevo objeto obtenido tenía mayor valor que el anterior.
El valor es algo que, normalmente no tiene el objeto en sí en este tipo de transacciones, sino que depende mucho del interés que presten en él las personas,
de las necesidades de cada uno o de las oportunidades que vean en el cambio.

En todos los pasos que dio, en cada uno de los trueques, las dos partes estuvieron siempre de acuerdo. Es lo que en el mundo empresarial se conoce como el modelo win-win (ganan las dos partes).

En total fueron 14 trueques los que tuvo que realizar.
Partía de su clip inicial y al final consiguió una casa.
¡Sí una casa, lees bien! En los 14 cambios obtuvo las cosas más variopintas y peregrinas que os podáis imaginar. No todo fueron cosas materiales, hubo quien consiguió un papel en una película de Hollywood dirigida por un conocidísimo actor. Consiguió cumplir el sueño de su vida.

Al final de este post os dejo el vídeo en el que el propio protagonista cuenta la historia y cómo se desarrolló al detalle. Está en inglés, espero que si no hablas este idioma, te sirvan todas las fotos que muestra.

A lo largo de los pasos se dieron muy buenas casualidades, oportunidades que aprovechó en cada momento, golpes de suerte y por encima de todo, mucho tesón. Kyle siguió adelante en todo momento, incluso cuando creyó haber perdido todo lo que había ido ganando.

La serendipia influye también en el éxito. Las transacciones no solo se efectuaron mediante la web. Dio fiestas, acudió a programas de radio, realizó múltiples viajes para encontrarse con las personas adecuadas en el momento y lugar adecuados.

De toda esta experiencia surgieron, además de fuertes amistades, grandes proyectos de colaboración y la grandeza de hacer cosas que cambiaran la vida a otras personas.

La historia, como dije al principio, es la esencia del emprendimiento en sí: una idea, puesta en acción y perseverancia.

En palabras del propio protagonista:
"No es tanto el clip lo que cuenta, no es tanto tenerlo o venderlo por lo que es valioso. 
Si no hubiese comercializado con él, solo sería un chico sentado en su escritorio, sujetando un clip en sus manos, preguntándose que pasaría
si hiciera algo con el clip". 

Cuando consiguió la casa, a la fiesta que dio en ella acudieron los chicos que se quedaron con el clip en el primer cambio. Lo llevaron enmarcado y aseguran que para ellos tiene un valor incalculable. Una historia de emprendimiento en la que todos ganan.

Y tú, ¿Tienes alguna idea que estés pensando en poner en marcha?

Os dejo con el vídeo.



Gracias por leerme, comentar y compartir. 
Besos,
Sofía

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1 comentario:

  1. Gracias por compartirlo. No sabía nada de esta historia y me parece asombrosa y muy motivadora.

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