miércoles, 17 de octubre de 2018

helados de vainilla y esperanza



Hace dos noches: íbamos mi padre y yo en coche por una carretera de montaña. Conducía mi padre y yo me preguntaba cómo podía ser, con 88 años y recién salido del hospital tras más de dos meses allí. En una cuesta empinada, se quedó dormido al volante. En lugar de bajar hacia atrás a toda velocidad, lo hicimos a cámara lenta, No me preguntéis cómo, pero pasé del asiento del copiloto al del conductor y él al del copiloto. Pude sacar el coche hacia una carretera cercana desde el campo al que habíamos ido a parar. Unos chicos me dejaron una moto para que pudiera remolcar el coche, con mi padre dentro, hasta casa. Cuando llegué a casa, el coche se había soltado de la moto y no sabía dónde. Iba a volver sobre lo andado para buscarlo cuando apareció con una familia que nos lo traía sano y salvo. Quise agradecérselo y les pregunté cómo podía hacerlo. Me pidieron helados de vainilla para todos. 🌿 Hasta ahí, el sueño. La realidad: tiene esa edad, hace tres meses le dio un ictus y ha estado ingresado en un hospital hasta hace unos días. Ayer pasé la tarde con él, le hace feliz recibir besos de mis hijos. Queda mucho por recuperar: su movimiento y nuestra alegría. Gracias por oírme, necesitaba soltarlo. #probablementeborreestetexto #nosmuevelafe #mipadreserecupera
A post shared by Sofia Garcia (@estilosofismo) on

No hay comentarios:

Publicar un comentario